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Ecologistas en Acción Toledo reivindica el valor y funcionalidad de la vegetación de ribera como elemento regulador de las avenidas de agua en cauces y riberas

Ante la solicitud a la Confederación Hidrográfica del Tajo por parte de ASAJA instando a la limpieza de arroyos y ríos de la comarca de Talavera para prevenir inundaciones, Ecologistas en Acción Toledo ha remitido un escrito recordando a la administración que nuestros arroyos necesitan ser restaurados, no “limpiados”.

El pasado 22 de enero y por diferentes medios de prensa escrita digital, Ecologistas en Acción Toledo tuvo conocimiento de la solicitud a la Confederación Hidrográfica del Tajo por parte del sindicato agrario ASAJA en el sentido de proceder a la “limpieza” de los ríos y arroyos para prevenir o minimizar los efectos de las crecidas naturales que “presuntamente” provocaron cuantiosas pérdidas a los agricultores afectados por daños en cultivos, naves y aperos.

Esta no es una polémica nueva, sino una petición recurrente que, desde nuestro punto de vista, no está fundamentada ni en los hechos que acaecieron ni, lo que es más importante, en enfocar la cuestión desde el punto de vista del interés general.

Los sucesos que motivaron las quejas de algunos agricultores y ganaderos tienen que ver con el episodio de lluvias de alta intensidad que se dio la semana pasada en la comarca de Talavera de la Reina y Oropesa, lo que provocó el desbordamiento de algunos arroyos y la consiguiente inundación de terrenos colindantes, así como algunos daños puntuales en alguna localidad, en concreto en La Corchuela y el arroyo Alcañizo.

Desde nuestro punto de vista y como es obvio, es lícito y hasta cierto punto entendible que quienes se sienten afectados por avenidas de agua y por la inundación de los pastos o cultivos que explotan trasladen sus quejas y peticiones a la administración. Sin embargo, es obligación de ésta valorar en su justo término la problemática que se le plantea, contando con todas las organizaciones interesadas a fin de abordar las acciones que sean razonables y ambientalmente sostenibles y responsables.

Por este motivo, Ecologistas en Acción Toledo ha remitido sendos escritos a Dª Milagros Tolón, Delegada del Gobierno en Castilla – La Mancha y a D. Antonio Yáñez, en su calidad de Presidente de la Confederación Hidrográfica del Tajo. En el escrito se recuerdan a las administraciones con competencias de gestión en materia de aguas tres aspectos fundamentales a considerar:

  1. Buena parte de las aguas que sobrepasaron el límite de los cauces habituales ya han dejado de encharcar los campos y desde luego, no hubo ninguna situación de especial emergencia ni gravedad en lo que a afectación a bienes públicos o privados atañe.
  2. Los espacios que ocuparon las aguas son terrenos del propio cauce o de las zonas de inundación natural de los arroyos ocupados por cultivos y pastos que, por lo tanto, se benefician de los aportes de humedad y de los elementos minerales y orgánicos que proveen estas avenidas que no solo son naturales, sino necesarias para la correcta dinámica fluvial, e incluso habría que decir, para el buen estado de conservación de los suelos colindantes.
  3. En alusión a la reclamación de que estos desbordamientos se producen por la ausencia de “limpieza de maleza y vegetación” de los cauces, se indica que existe prolija documentación técnica y científica demostrativa de lo necesaria que es la vegetación que orla los cauces o que ocupa las islas precisamente como reguladora natural de potenciales avenidas. La vegetación natural de las riberas, ante episodios de lluvias torrenciales, funciona como elemento de contención y laminación de las masas de agua en movimiento hacia los cauces, disminuyendo su velocidad, su energía y su capacidad de arrastre de sedimentos. Y eso es así aun cuando pueda originar la aparición de restos vegetales que en un momento dado obstaculicen el discurrir de las aguas. Como se ha indicado anteriormente eso es un hecho natural y lo que se olvida es que, aparte de que es bueno que algunos terrenos se inunden y que los ríos y arroyos recuperen su cauce natural, en realidad son más bien las deficiencias en la planificación territorial y de las infraestructuras las que generan situaciones de cuello de botella que agravan las inundaciones. Eso es probablemente lo que ocurrió en La Corchuela, donde la carretera que cruza el arroyo Alcañizo hizo de tope para las aguas y generó una inundación, que aun así ya está drenada.

Estos planteamientos están recogidos en la normativa de protección del dominio público hidráulico, en la de gestión de inundaciones y en la de protección y conservación de los hábitats y especies de ribera y de los espacios naturales. Normativa que por desgracia y demasiado a menudo es precisamente transgredida por algunos agricultores y ganaderos (invasiones no autorizadas del dominio público hidráulico, quemas de vegetación de ribera, acumulación de residuos en cauces públicos, extracciones ilegales de agua superficial o subterránea, etc.) que, obviando lo estipulado en la legislación vigente, priorizan su propio interés en detrimento de los recursos naturales, del interés general y de la conservación de la biodiversidad y los ecosistemas de ribera.

Conforme al conocimiento técnico – científico actual los únicos factores que pueden ayudar a minimizar los daños ante episodios de lluvias torrenciales que, a consecuencia del cambio climático, serán cada año más recurrentes, tienen más bien relación con la adecuada planificación urbanística, agropecuaria, de las infraestructuras y con la restauración (que no limpieza o desbroce) de la vegetación de las riberas de nuestros ríos y arroyos.

En estas circunstancias y considerando los hechos señalados, Ecologistas en Acción Toledo ha conminado a las administraciones a que, si tienen a bien y lo desean, cursen con nosotros una visita de campo a la zona afectada para poder valorar con otra mirada la situación, ofreciendo nuestra colaboración en esta cuestión y para que en el caso de que quedase debidamente justificado, pudiéramos incluso apoyar el acometimiento de alguna actuación que ayudase a calmar los ánimos y, lo que es más importante, a salvaguardar o resarcir de los daños a quienes lícita y justamente así lo necesitasen.

Fuente y noticia original: ecologistasenaccion.org