La subida del SMI sigue sin solucionar los problemas de las personas trabajadoras

Ayer fuimos testigos de una nueva foto entre la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y los agentes sociales, Pepe Álvarez (UGT) y Unai Sordo (CCOO), en la que se rubricaba el acuerdo de la subida del Salario Mínimo Interprofesional hasta los 1.080€.

Evidentemente, desde CGT no criticamos la subida del SMI, ni mucho menos, como tampoco criticamos en su momento ninguna de las subidas de los últimos años y que han supuesto un incremento del SMI de más de un 30%. Pero no criticar la subida no quiere decir que no consideremos que la subida sea insuficiente, y que ni con esta subida, ni con las anteriores, ni mucho menos con la mal llamada Reforma Laboral del Gobierno, se sigan sin solucionar los problemas de fondo que existen en el mercado laboral.

No hace falta echar la mirada muy atrás. Observar detalladamente los datos de la última EPA basta para darnos cuenta de que la realidad laboral, que sufren cientos de miles de personas trabajadoras, no se soluciona con una mínima subida del SMI y de que lo que realmente es necesario son medidas que frenen la precariedad en los sectores más afectados por la subida del SMI. Ser un poco menos pobre no soluciona el problema, ni tampoco el llegar ahogado económicamente el día 15 de cada mes en lugar del día 12.

Cuando hay sectores de la población trabajadora que no llegan o apenas llegan al SMI y cuando resulta que esos sectores coinciden con los sectores más feminizados y precarizados, lo que realmente hace falta son medidas contundentes para que las empresas suban los salarios al mismo nivel que la inflación y así evitar que las personas trabajadoras pierdan poder adquisitivo y se empobrezcan año tras año; que esas empresas tengan medidas de conciliación efectivas que no perjudiquen a las personas que tienen que adaptar su jornada laboral para cuidar de sus hijos (en un 90% de los casos mujeres), y medidas efectivas para que su continuidad en las empresas que tienen beneficios millonarios no dependa de la campaña de turno o del antojo del empresario de deslocalizar o no un centro de trabajo. A CGT le llama especialmente la atención que los sindicatos que hoy se hacen la foto celebrando la subida del SMI son los mismos que firman convenios colectivos con subidas salariales muy por debajo del IPC y en los que la precariedad laboral es el día a día de las plantillas; cuando menos, lo consideramos una tomadura de pelo.

La CGT jamás irá en contra de una subida del SMI, pero quiere que esa subida sea más contundente y se empiece a equiparar con los SMI de otros países de Europa. La CGT entiende, además, que la subida del SMI, para ser efectiva, tiene que venir acompañada de una serie de medidas que frenen las condiciones de precariedad estructurales que sufren los trabajadores y, especialmente, las trabajadoras.

En una situación económica como en la que nos encontramos, con una subida desorbitada de los precios, no valen las medias tintas a la hora de tomar medidas para ayudar a la población y sólo vale la toma de medidas contundentes que hagan que la clase trabajadora no siga pagando las consecuencias de una situación no generada por ella. Todo lo demás es puro maquillaje de cifras y querer quedar bien de cara a los electorados y afiliaciones respectivas.

Fuente: Secrerariado Permanente del Comité Confederal de la CGT