Diario de una huelga (en Airbus-Illescas): día 10

Los compañeros que se están jubilando por estas fechas comentan y recuerdan la huelga más grande que se recuerda en lo que era C.A.S.A. allá por los años 70. Duró más de 40 días y se ponían en juego muchas cosas. Era una época de bajos salarios, cifras altas de paro, una inflación que no dejaba respirar. En lo político se vivía el final de la dictadura y se entraba en la transición con una inseguridad que cortaba el aire. El movimiento obrero y sindical estaba empezando a asomar la cabeza después de muchos años de clandestinidad y lucha.

Y llegamos a la segunda década del siglo XXI, o sea, ahora, y nos encontramos con una precariedad insultante en el empleo, una alienación, una deshumanización y una inestabilidad laboral que nos aboca en nuestro caso, con lo que nos han hecho, a una huelga indefinida que dura ya dos semanas. Inexplicablemente todavía hay quienes no lo entienden porque piensan que viven en el mejor de los mundos posibles, que esto es un sinsentido y que nunca les va a tocar a ellos. Quienes nos hemos quedado de un día para otro en la calle sin ninguna explicación estamos más convencidos, cada día que pasa, que estamos haciendo lo correcto.

Nos trasladan que, tras una reunión con la Dirección de Airbus, quedan varias cosas claras. La primera es que entre Airbus e IDL están a la gresca y es imposible hacer nada. Por lo tanto, vía muerta y que se maten entre ellos. Queda abierta permanentemente la negociación entre el comité de huelga e ISS. Airbus dice que no tiene intención de entorpecer ese diálogo. Ya veremos. La segunda cuestión es que a Airbus lo que más le importa es la imagen de cara al exterior. Sólo esperamos que para el próximo conflicto se lo piense mejor antes de actuar con la prepotencia con la que lo hace todo. Por último deja bien claro que las subcontratas no son de su incumbencia. Para nosotros no hay distinción, porque todos somos trabajadores, sea cual sea el color de nuestra tarjeta. Tenemos algunos derechos, trabajemos para quien trabajemos, que haremos valer cuando se nos intente liquidar por la vía rápida: el derecho a huelga es uno de ellos. Alguien en el campamento ha recordado los conflictos en los que se ha llegado a recurrir incluso a la huelga de hambre.

A lo largo de la mañana hemos recibido la visita de algún medio de comunicación audiovisual. También han estado con nosotros trabajadores de Amazon, de Coca Cola en Lucha y de Carrefour Leganés. Ellos viven en sus carnes el maltrato laboral que practican estas multinacionales para las que trabajamos, las cuales siempre van a dar prioridad a sus beneficios y a los privilegios de sus consejos de administración a costa de dejar cadáveres de trabajadores, si es necesario, para seguir acumulando más.

Al final de la mañana se ha celebrado una asamblea en la que se han acordado algunas cosas que no vamos a escribir aquí porque sabemos que a los buitres patronales les hacen llegar este diario, el cual leen con fruición. Lo que sí se puede decir es que se ha decidido recoger el chiringuito hasta el lunes. Necesitamos descansar y disfrutar con nuestras familias, amigos y seres queridos. Quizás nos falte algo de dinero para gastar, pero en estos momentos esto no es lo más importante. Este año percibimos más que nunca que engaños como lo del Black Friday, por ejemplo, nos hacen más esclavos y más ignorantes. En este campamento estamos aprendiendo a la fuerza que se puede vivir con menos y no por ello estar más insatisfechos. El trabajo no sólo es una cuestión de dinero, que también, sino sobre todo de dignidad. Y por eso vamos a pelear hasta el final.

De momento cada mochuelo a su olivo para coger fuerzas de cara a la semana próxima.

Salud.