Desde primera hora del viernes y como era previsible ha habido movimientos. También por nuestra parte. La situación empieza a ser insostenible tanto dentro como fuera. La diferencia es que las multinacionales Airbus e ISS están jugando al póker con dinero de otros, mientras que para nosotros esto no es un juego sino nuestro pan.
En un conflicto de este tipo todos salimos rasguñados o tocados, pero hay intereses que no nos gustan ni que se utilice nuestra situación para otras cosas. Lo más importante es que seguimos unidos bajo la espada de Damocles. Siguen entrando mensajes tóxicos para dividir un poco más y terminar de romper. Parece como si estuviéramos en un callejón sin salida para que nos vayamos a casa pensando que todo el mundo está despedido y sabemos que no es así.
Desde dentro nos dicen que se está diciendo a la gente que a partir del lunes pondrán a limpiar y mover piezas a la plantilla de Airbus, pero entendemos que eso no puede suceder, porque sería incrementar aún más la presión hasta límites inimaginables. Aunque visto lo visto, tampoco se puede descartar nada. Podrían intentar subcontratarlo a otra empresa, pero eso tampoco pueden hacerlo. Nuestros abogados insisten en que no se puede dar una suspensión temporal de contrato con ISS. Tendría que ser una rescisión total del mismo y eso es muy complejo. La gente que está en contacto permanente con nosotros repartida por toda la planta nos dice que nos avisarán inmediatamente si hay algún movimiento esquirol.
A la hora de la comida calentamos en la hoguera un maravilloso cocido de puchero que nos han traído. Dicen que las penas con pan son menos penas. Por si quedaba alguna duda, la cacerola viene con un cartel que dice “Cocido Solidario”. El ingrediente principal de los garbanzos es el cariño con el que se ha preparado la receta.
Nos damos cuenta de que el altavoz o “chiflo”, que es como nosotros lo llamamos, ha petado. Habrá que repararlo y de momento nos quedamos sin música. El karma existe por decir ayer que el karma existe.
La decisión ha sido recoger el campamento de lucha durante el fin de semana. Ahora lo que toca es descansar estos dos días y atender la parte personal y familiar. Hay que hablar en casa, hacer vida más o menos normal y despejar la cabeza con cosas cercanas y cotidianas. Hay que lavar bien la ropa y quitarnos de momento el penetrante y omnipresente olor a humo. Dijo un compañero el otro día que todo tiene solución menos la muerte, y cuando descongelen a Walt Disney hasta eso tiene arreglo. Aquí no hay muertos ni nada que se le parezca. Aquí lo que hay son rehenes y un grupo de trabajadores que están sufriendo las consecuencias de decisiones que se toman a otros niveles. Nosotros no vamos a pagar los platos rotos.
Volveremos el lunes para afrontar la semana. Tenemos una cosa clara y es que no se van a quedar en la calle ni 17 ni 70 ni nadie. Ese es nuestro objetivo desde el primer minuto hasta el último.
Buen fin de semana y el lunes volvemos a plantar los bártulos.
Salud.