La EPA del tercer trimestre 2016, muestra variables contables del mercado laboral: más o menos empleo; más o menos personas paradas; más o menos contrataciones; más o menos población activa…
Sirve para que los políticos (esos que representan a la “gente que cuenta de verdad, la clase empresarial, la oligarquía financiera e industrial, las personas poderosas de las grandes corporaciones…) actúen de voceros, para decirles a las “gentes que no cuentan” (la clase asalariada, la activa y la que ha sido desahuciada de la actividad laboral) que, a septiembre de 2016, el paro oficial se sitúa por debajo del 20% de la población activa.
Ahora solamente tenemos 4.320.300 personas paradas, es decir el 18,91% de la Población activa.
Que las personas ocupadas, ahora somos 18,5 millones.
Que en los hogares donde todos sus miembros se encuentran sin ninguna ocupación, ahora son 1,4 millones.
Que los empleos (contrataciones) durante el verano, crecieron en 226.500.
Pero lo que verdaderamente muestra la EPA, correspondiente a los meses de julio, agosto y septiembre del 2016, desde el lado de quienes no cuentan es:
- Que si el paro disminuyó en 253.000 personas durante el verano, fue debido a los cientos de miles de contratos temporales, suscritos en su inmensa mayoría en el sector turismo.
- Lo que no dicen los voceros es que, en tan sólo un día (primeros de octubre), se dieron de baja casi 300.000 contratos.
Lo que sabemos quiénes “no contamos” es que si el paro baja es debido a dos factores concretos: el primero que la Población Activa ha disminuido en más de 600.000 personas (emigración, desafiliación…); y el segundo el efecto rotación de los contratos temporales (hoy están trabajando, mañana en paro).
Que si aumenta el empleo es porque se “reparte el trabajo” con contratos a tiempo parcial.
Secretariado Permanente del Comité Confederal