Crónica de la charla-coloquio.
A Gonzalo, trabajador ferroviario, lo hemos visto recientemente repartir comunicados en la empresa donde trabaja y en las empresas del sector ferroviario en las que desarrolla su actividad sindical, departir con los trabajadores, así como realizar asambleas donde su facilidad de palabra y rica expresión es apuntalada por propuestas de ida y vuelta donde consigue desplazar la exposición inicial de “los representantes sindicales” a la puesta en marcha de la elaboración colectiva de propuestas, inclinándose así el centro de la acción hacia los propios trabajadores reunidos en asamblea. Lo curioso es que algunos desconocíamos su faceta como historiador.
Pues bien, este joven historiador nos ha sorprendido con su trabajo de investigación sobre el movimiento libertario en la Transición. Y lo ha hecho porque su trabajo nos ha servido para “comprender” lo ocurrido en aquellos años. Al menos nos ha ocurrido a algunos de los que por edad no vivimos aquella época. Su trabajo es riguroso. Utiliza numerosas fuentes escritas para desarrollar la explicación de los hechos que relata, como las actas de las reuniones de los sindicatos, y recopila una rica y amplia variedad de fuentes orales para exponer puntos de vista de los propios protagonistas de la época y circunstancias descritas, para poder historiar aspectos en los que la documentación escrita es menor, como por ejemplo el desarrollo de los Ateneos Libertarios. De todas formas, no estamos aquí haciendo la crítica de su trabajo desarrollado en el libro publicado por la Fundación Salvador Seguí, que estimamos que requiere mayor profundidad y que, sin duda por su categoría, será abordada por sus colegas historiadores, entre otros.
Ciñéndonos a la presentación, diremos que resultó sorprendente la capacidad de Gonzalo Wilhemi para sintetizar, en unos 45 minutos de exposición, los principales datos, las variadas líneas argumentales, y todos los aspectos que desarrolla en su libro de forma pormenorizada. Esto hizo que la exposición suscitase un profundo interés entre los asistentes, que se tradujo en un participativo debate, con un coloquio que completó una jornada amena, interesante y, sin duda, reflexiva para todos.
También se tradujo en que se agotaran los ejemplares de su libro que pusimos a la venta. Queremos finalizar esta crónica recordando al compañero Miguel Urién, como hiciera el propio Gonzalo al inicio de la charla, y reconociendo el esfuerzo organizativo a las compañeras y a los compañeros del Ateneo Libertario Genaro Seguido de Toledo y de la Fundación Salvador Seguí de Madrid.
Crónica y fotos: Elena, Javi y Valen.