Hace poco más de dos años surgía una nueva sección sindical de CGT en Transcom, una multinacional sueca demasiado acostumbrada a atropellar a los trabajadores y muy poco habituada a soportar la combatividad de un sindicato como CGT.
Casi 200 denuncias, varios conflictos colectivos, un boletín mensual que ha dado lugar a una absurda demanda por parte de varios directivos de Transcom y diversas acciones contundentes más tarde, Transcom no ha podido aguantar más y ha decidido lo que el cuerpo le venía pidiendo desde hace tiempo: despedir el pasado 31 de enero a José Carlos Romero, elegido como blanco de las iras de una empresa que le acusa del "gravísimo" delito de informar a unos trabajadores que iban a ser despedidos y ofrecerles asesoramiento legal y sindical, amén del no menos "grave" delito de desobedecer las órdenes empresariales de estarse calladito.
Este despotismo y esta agresión solo pueden tener una respuesta: la movilización y la lucha continua para conseguir la readmisión inmediata de nuestro compañero.
JOSÉ CARLOS READMISIÓN, SI NOS TOCAN A UNO NOS TOCAN A TODOS.