La pandemia ocasionada por el COVID-19 ha puesto de manifiesto todas las deficiencias de un sistema de salud público precarizado y privatizado, dejando al descubierto que la gestión de la sanidad pública ha sido tratada con criterios de rentabilidad (como si fuera una empresa privada) y esto ha generado más muertes y más enfermedad.
“Tenemos claro, que en una situación tan límite, es difícil acertar con los pasos a seguir, y queremos dejar claro que poner las cosas encima de la mesa, no significa una crítica de este Gobierno especialmente, ni la defensa de otro distinto. Estamos cansadas del oportunismo y de la manipulación de las informaciones, o “desinformaciones” de uno y de otro lado.” Apuntan desde el sindicato.
Esta situación viene de lejos, desde la Ley 15/97, en connivencia PP/PSOE, donde ya se nos empezó a desmantelar la Sanidad Pública, privatizándola a cachitos, recortando plantillas e inventando nuevos Sistemas Públicos de Innovación, al amparo de la Ley 9/2017, del 8 de noviembre, de Contratos del Sector Público.
Las personas que trabajamos en el ámbito de la salud, nos hemos sentido abandonadas y desprotegidas a la hora de enfrentarnos a esta nueva enfermedad, al no disponer de los EPIS imprescindibles para poder ejercer nuestra profesión, minimizando el riesgo de dañar nuestra salud, la de nuestro entorno y la del resto de la sociedad. Así lo demuestran las altísimas cifras de personal contagiado (más de 30.500 a fecha de 4 de mayo).
La privatización de los almacenes ha hecho que cuando los EPIS estaban disponibles , éstos no llegasen con celeridad y cuando llegaban, muchas veces estaban defectuosos o no eran adecuados o no estaban disponibles para todas la personas trabajadoras de los servicios de Salud por igual, haciendo un uso desmesurado de poder de algunos mandos intermedios, que se permitieron discriminar según criterio propio, a quién se le suministraba o no el material necesario para realizar el trabajo, estando obligando al personal a utilizar bolsas, telas y demás medios que la imaginación daba a entender para poder protegerse, evidenciando así la distancia existente entre los Servicios PRL y la realidad del trabajo realizado por las profesionales. Esto queda aún más latente, cuando ahora que se van incorporando servicios NO esenciales a la actividad habitual, y comparamos medidas y relación de sistemas de protección, que nos parecen estupendas, pero que nada tienen que ver con las publicadas para el personal del Salud, quien nos consideraba personal de bajo o medio riesgo al personal de limpieza, celadores/as y personal de laboratorio, por ejemplo, a quien se nos dio para trabajar, en el mejor de los casos, mascarillas de tela.
Este sentir nos llega también (de forma más intensa si cabe) del resto del personal trabajador de la Sanidad, de colectivos privatizados como ambulancias y limpiezas, donde se está enfermando y muriendo por ejercer su profesión, sin estar dotados de medios adecuados y suficientes, para poder desarrollar su trabajo y proteger su salud. En las residencias de ancianos/as, sobre todo, han llegado a ser “dantescas” por falta de personal para cubrir las bajas incumpliendo “la ratio” de un convenio laboral vergonzoso.
La gestión preventiva, nos parece cuando menos extraña, además de que en cada Sector se ha hecho de una forma diferente. Se nos ha aislado a toda la población, sin realizar test, sin hacer seguimiento de personas convivientes, tanto de casos positivos, como por desgracia de personas fallecidas. Casi ha habido suplicar para que se realizaran estos test al personal trabajador… ¿No hemos empezado la casa por el tejado??
Desde CGT queremos denunciar el papel jugado por la sanidad privada. Lejos de poner a disposición del bien común, tanto materiales como personal las empresas de la sanidad privada comenzaron por dar vacaciones y mandar a casa a su personal, ¡Eso sí!, ciertas Clínicas ofertaron hacer test a un módico precio. Tras muchos desacuerdos, asistieron a posibles pacientes de COVID 19, con pólizas de sus diferentes empresas aseguradoras de Salud.” ¿No es eso lo que debían hacer desde un principio? ¿Por qué no se les ha obligado a arrimar el hombro como ha hecho la sanidad pública? ¿Por qué no se les ha utilizado para seguir haciendo intervenciones necesarias para la población en general, aunque fuera la Sanidad Pública la que se quedara con todos los pacientes de Covid19?” se preguntan desde la organización sindical.
Y es que ni somos, ni queremos ser héroes ni heroínas, sólo queremos trabajar con las condiciones adecuadas. Sólo queremos que la población se acuerde cuando salgamos a la calle a defender los Servicios Públicos, cuando salgamos a defender al personal de limpieza, a la Lavandería y todos los servicios que nos van arrancando, poquito a poco. Sólo queremos que nuestro trabajo deje de ser precario, que ahora que la gente ha dejado su salud y su esfuerzo en sacar esto a delante, no se encuentre en la calle, sin saber aún cómo va a evolucionar esta pandemia, y a un mes de contratos de verano (que se supone que tendremos). Ya se han encargado rápidamente de finiquitar contratos, tanto de refuerzos como de otro tipo. Sólo queremos, que la opinión pública no se olvide de que TODOS los Servicios Esenciales (que ha quedado patente que lo son), sean, indistintamente del color político que desgobierne y que hay que defenderlos como tal….
Por ello necesitamos y reclamamos una Sanidad Pública y Universal, fuerte y avalada por el conjunto de la sociedad, donde no se privatice por parcelas y que sean públicos TODOS los servicios relacionados con la salud y el bienestar de las personas.
“LA SANIDAD NO SE VENDE, SE DEFIENDE”.
CGT - Sanidad