Por una respuesta global contra el fascismo y el silencio internacional hacia el pueblo kurdo

El miércoles 9 de octubre comenzaban los primeros bombardeos en las ciudades de la Administración Democrática del Norte y Esta de Siria, también conocida como Rojava, por parte del ejército turco.

En el marco de la guerra de Siria, Rojava (zona kurda del norte de Siria) consiguió su autonomía en 2012, y estableció una organización política, social y económica basada en un modelo de democracia de toma de decisiones a través de un sistema de asambleas que tiene su primera base en los barrios y pueblos (los consejos de comunas); un modelo económico que da respuesta a las necesidades de la población local a través del fomento de cooperativas y protección de la naturaleza; un modelo social, cultural y educativo de reconocimiento y convivencia entre las diferentes etnias y religiones, y sobre todo de defensa de la liberación de la mujer, con igualdad de derechos y una práctica real de participación en la vida social y política a través de organizaciones autónomas y de co-representatividad en las organizaciones mixtas y las co-presidencias.

También hay que señalar que la Administración Democrática del Norte y Esta de Siria, creada como tal en la Constitución de 2016, acoge cientos de miles de personas refugiadas de toda Siria y que sus fuerzas militares de autodefensa (las YPG y YPJ- unidades femeninas- integradas en las Fuerzas Democráticas Siria) han tenido un papel fundamental en la lucha contra el Estado Islámico en la región, en la que murieron más de 11.000 milicianos y milicianas de las YPG y YPJ.

Esto hizo que la Administración Democrática del Norte y Esta de Siria sea un modelo único de democracia de base, de liberación de la mujer, de convivencia multirreligiosa y multiétnica, de protección del entorno natural, de paz y de acogida. Esto es lo que hoy está siendo masacrado en directo ante la impasividad internacional. Pero ¡Rojava no está sola!

El ataque de Turquía está generando una catástrofe humanitaria con consecuencias tan graves como:

⦁ Una masacre hacia la población civil durante los bombardeos que se han dirigido a zonas densamente pobladas.

⦁ El desplazamiento de población, convirtiendo a cientos de miles de personas en desplazadas internas y en refugiadas. El presidente turco Recep Tayyip Erdoğan ha puesto como excusa para justificar la invasión la reubicación en el norte de Siria de un millón de refugiados de los más de tres millones y medio que viven en Turquía. Pero, en primer lugar, Turquía no se ha preocupado por las y los refugiados sirios. Muchas y muchos malviven en campos en pésimas condiciones – a pesar del dinero que reciben de Europa- o trabajan en condiciones de explotación en fábricas. En segundo lugar, en el norte de Siria viven 5 millones de personas, no sólo kurdas, sino de diferentes grupos étnicos (árabes, armenios, asirios…) que se están convirtiendo refugiadas con la invasión. Por lo tanto, la reubicación de las refugiadas sirias sería utilizada para hacer una limpieza étnica.

⦁ El auge del Estado Islámico en la región después de que escaparan de campos y prisiones miembros de este grupo fascista, la mayoría extranjeros – que los estados europeos han renunciado a juzgar en sus países de origen- y que ya están atentando y sumando más muertos y desplazados a los provocados por el ataque turco. Está en riesgo que implanten de nuevo un régimen de terror para toda la población y, en especial, por las mujeres que son privadas de todo derecho y participación en la vida pública.

⦁ La desaparición de un modelo de democracia de base y de convivencia interétnica e interreligiosa en Oriente Próximo que era una esperanza para la democratización y la liberación de las mujeres de toda la región.

Hay que tener presente que éste es un ataque planificado largamente; las amenazas del gobierno turco de ocupación de este territorio autónomo han sido reiteradas, desde que en enero de 2018 ocupara el cantón de Afrin, parte del territorio del norte y este de Siria. Entonces, una operación militar con objetivos civiles, en que la comunidad internacional no hizo nada para detener y se infiltraron agentes cercanos al Estado Islámico, generó miles de muertos, refugiados, una limpieza étnica con un cambio demográfico y continúan a día de hoy los secuestros, asesinatos, violaciones de mujeres, despojo de tierras y de correos de la población kurda (como las tierras y olivos, de las que Turquía ha estado comercializando el aceite en España, entre otros países). También hay que recordar que el gobierno turco bombardea continuamente suelo del Kurdistán iraquí, con la excusa de perseguir la guerrilla del PKK (Partido de los Trabajadores de Kurdistán) causando la muerte de civiles.

El brutal ataque de Erdoğan a Rojava está propiciado por la retirada del ejército de EEUU de la zona – aliado táctico de Rojava en la lucha contra el Estado Islámico y que hasta ahora contenía la intervención turca-, así como por Rusia que tiene control sobre el espacio aéreo. También lo ha facilitado una tímida reacción del Parlamento Europeo y de países como Francia y Alemania que han condenado los ataques y retirado la venta de armamento a Turquía, pero no han emprendido acciones para forzar una parada de la guerra. Mientras tanto, el gobierno español si bien ha condenado en un comunicado la operación militar turca el noreste de Siria y ha anunciado la retirada de licencias a la exportación de material militar mantiene tropas en la base militar turca de Incirlik, desde donde salen aviones que están bombardeando ciudades del norte y este de Siria.

Recientemente, el acuerdo entre Turquía y Rusia para retirar las fuerzas kurdas de la franja de 120 Kilómetros del norte de Siria, hasta una Profundidad de 30 Kilómetros, tal y como exigía Erdogan, puede suponer el final del proyecto político de Rojava.

Ante esta grave situación y de la complicidad de los gobiernos europeos, manifestamos:

⦁ El rechazo total a la invasión de Turquía del norte y este de Siria. Hay que parar la guerra y ocupación de Turquía hacia este territorio autónomo inmediatamente.

⦁ El apoyo a la población que está defendiendo su territorio y su derecho a auto gobernarse y a vivir en libertad y democracia.

Y exigimos:
⦁ La retirada del ejército español de Turquía y, el fin de todo acuerdo político, militar y

comercial con Turquía.
• Implementar sanciones políticas y económicas contra Turquía.
⦁ Que las Naciones Unidas actúen para asumir la responsabilidad de una situación que viola el derecho internacional y creen una zona de exclusión aérea para la protección de la vida de las personas en el Norte y el Este de Siria.

⦁ El reconocimiento de la Administración autónoma y democrática del Norte y del Este de Siria.

• Detener los crímenes de guerra y limpieza étnica por parte de las fuerzas del ejército turco, ISIS, El Nusrat y otros grupos terroristas, yihadistas. Y llevar todos los crímenes de guerra y los criminales de guerra ante la justicia.

Comunicado SP Comité Confederal CGT